Alopecia en mujeres conozca todos los secretos

La alopecia en mujeres es un tema que, a menudo, permanece en las sombras, envuelto en un velo de silencio y tabú.

A pesar de ser una condición que afecta a un significativo porcentaje de la población femenina (el 15% a partir de los 30 años y más de la mitad tras los 65), raramente se aborda con la atención que merece.

Hacerlo es precisamente nuestro objetivo para las próximas líneas, por lo que si quieres saberlo todo sobre la alopecia femenina, sigue leyendo.

Comprendiendo la alopecia femenina

La alopecia en mujeres no es solo un asunto estético. Esta tiene un profundo impacto emocional y social que es fundamental conocer para brindar el apoyo que necesitan quienes se enfrentan a este desafío

¿Qué es la alopecia en mujeres?

La alopecia en mujeres es una condición que implica la pérdida de cabello. Aunque pueda parecer igual a la alopecia masculina, lo cierto es que no lo es, ya que existen diferencias significativas en términos de patrones, causas y, también, impacto emocional.

En las mujeres, la pérdida de cabello suele ser más difusa y menos predecible que en los hombres.

Esta no se limita a áreas específicas como la coronilla o la línea del cabello, sino que a menudo se distribuye de manera más uniforme por todo el cuero cabelludo, lo que dificulta su detección en las etapas iniciales.

A nivel emocional y social, la alopecia femenina a menudo conlleva un estigma mucho mayor, como consecuencia directa de la mayor presión estética que se ejerce sobre las féminas. Es por eso por lo que el impacto en la autoestima es, también, mucho mayor.

Tanto es así que, a menudo, va acompañada de cuadros de estrés emocional y ansiedad, que se agravan cuando esta irrumpe a edades tempranas.

Por otro lado, las causas de la alopecia en mujeres pueden ser más complejas e incluyen factores hormonales (como cambios durante el embarazo o la menopausia), cuadros de estrés, la presencia de ciertas afecciones y la ingesta de determinados compuestos presentes en medicamentos, así como predisposiciones genéticas.

Tipos comunes de alopecia en mujeres

La alopecia en mujeres puede aparecer en múltiples formas, cada una con características y causas distintas.

En el caso de la alopecia androgénica femenina, la más común, se aprecia un adelgazamiento progresivo del cabello, especialmente en la parte superior del cuero cabelludo.

A diferencia de lo que ocurre en la masculina, las mujeres rara vez experimentan una calvicie total, si bien es cierto que la disminución en la densidad capilar resulta significativa.

En el caso concreto de la alopecia areata, una condición autoinmune que causa la caída del cabello, lo que se produce son parches redondos que pueden aparecer en cualquier parte del cuero cabelludo.

En los casos más severos, no solo se produce una pérdida capilar total, sino que esta afecta a la totalidad del vello corporal (alopecia universalis).

Para colmo, evoluciona de forma impredecible, provocando crecimientos y pérdidas capilares en ciclos que generan altibajos emocionales considerables en quienes la sufren.

Por su parte, la alopecia telógena ocurre cuando hay una interrupción en el ciclo normal de crecimiento del cabello, a menudo desencadenada por un evento estresante, enfermedad o cambio hormonal.

Esto provoca que un número mayor de cabellos entre en la fase de reposo (telógeno) y, posteriormente, se caigan. Afortunadamente, en muchos casos, la alopecia telógena es reversible una vez que se resuelve la causa subyacente.

Causas y factores de riesgo

Los motivos por los que la alopecia irrumpe en la vida de millones de mujeres de todo el mundo cada año son múltiples.

Motivo por el que es tan importante acudir a consulta ante los primeros síntomas de pérdida capilar anómala.

Factores genéticos y hormonales

Los factores genéticos y hormonales son los principales causantes de la alopecia en mujeres.

Buena parte de las mujeres con alopecia androgénica tienen un historial familiar de pérdida de cabello.

Su irrupción se debe a la sensibilidad de los folículos pilosos a las hormonas andróginas, en particular a la dihidrotestosterona (DHT). Una hormona a la que muchas mujeres son especialmente sensibles y que provoca un adelgazamiento progresivo del cabello.

Además, los cambios hormonales asociados con la menopausia, el embarazo y los trastornos de la tiroides también pueden influir en la salud del cabello.

Durante la menopausia, por ejemplo, la disminución de los niveles de estrógenos puede hacer que el cabello sea más susceptible a la DHT, acelerando la pérdida de cabello.

De igual forma, el posparto y los trastornos de la tiroides pueden provocar pérdidas temporales de cabello debido a alteraciones en el equilibrio hormonal.

Otros factores desencadenantes de la alopecia femenina

Aparte de los factores genéticos y hormonales, hay otras muchas causas que pueden desencadenar la alopecia en mujeres.

El estrés, tanto físico como emocional, es, de hecho, otro de los factores que más influyen en su aparición.

Y es que está demostrado que situaciones de estrés extremo o prolongado pueden provocar alopecia telógena, donde se interrumpe el ciclo de crecimiento del cabello y se acelera la fase de caída.

La dieta y la nutrición también son otros factores que pueden provocarla. Las deficiencias nutricionales, como la falta de hierro, proteínas, vitaminas y minerales esenciales, pueden afectar negativamente la salud del cabello.

Tal y como han puesto de manifiesto diferentes estudios sobre la alopecia, dietas restrictivas y trastornos alimenticios pueden llevar a una pérdida de cabello significativa debido a la insuficiencia de nutrientes cruciales.

Además, ciertas condiciones médicas, como la anemia, el lupus y la diabetes, pueden estar asociadas con la alopecia.

De igual forma, someterse a tratamientos médicos, como la quimioterapia, también puede provocar una pérdida de cabello.

En casi todos casos, el cabello suele recuperarse una vez finalizado el tratamiento o cuando se controla la condición subyacente.

Asimismo, el uso excesivo de tratamientos capilares químicos y peinados que ejercen tensión en el cuero cabelludo puede causar alopecia por tracción, un tipo de pérdida de cabello causada por el daño físico a los folículos.

Diagnóstico y tratamiento de la alopecia en mujeres

Como siempre decimos, es fundamental acudir al especialista ante la menor evidencia de una caída capilar anormal. Y es que, como ocurre con tantas otras afecciones, el tiempo juega en contra.

Proceso de diagnóstico de la alopecia

El diagnóstico de la alopecia en mujeres comienza con una consulta médica detallada.

Durante esta, el especialista realizará un examen físico del cuero cabelludo para evaluar el patrón y la extensión de la pérdida de cabello.

Es común que se solicite un historial médico completo para identificar posibles causas subyacentes, como desequilibrios hormonales, enfermedades autoinmunes o factores genéticos.

Adicionalmente, se pueden efectuar pruebas como análisis de sangre para descartar trastornos como la anemia o problemas de tiroides.

En algunos casos, se efectúa una biopsia del cuero cabelludo, en la que se extrae una pequeña muestra de piel para un análisis más profundo.

Esto ayuda a identificar trastornos como la alopecia cicatricial, donde el folículo piloso es destruido y reemplazado por tejido cicatricial.

El dermatólogo también puede utilizar herramientas de diagnóstico como la dermatoscopia, que permite una visión ampliada del cuero cabelludo y los folículos, ayudando a identificar patrones específicos de pérdida de cabello y otras anomalías.

Opciones de tratamiento para combatir la caída capilar

Existen diversas opciones de tratamiento para la alopecia en mujeres, dependiendo de la causa y la gravedad de la condición.

Las terapias farmacológicas incluyen el minoxidil, aplicado tópicamente para estimular el crecimiento del cabello, y la finasterida, aunque su uso en mujeres es más limitado.

En casos de pérdida de cabello más severa o donde otros tratamientos no han sido efectivos, el trasplante capilar FUE (Extracción de Unidad Folicular) es una opción viable.

Este procedimiento consiste en la extracción individual de folículos pilosos de áreas del cuero cabelludo donde el cabello es más denso y resistente a la alopecia, generalmente la parte posterior de la cabeza. Estos folículos se trasplantan luego a las áreas afectadas.

El proceso FUE se realiza bajo anestesia local y no deja cicatrices lineales, a diferencia de otros métodos menos modernos.

Cada folículo se extrae con un instrumento especializado y se coloca cuidadosamente en la zona receptora. La precisión y el cuidado en la colocación de cada folículo son cruciales para un resultado natural y uniforme.

Después del procedimiento, es habitual experimentar una caída del cabello trasplantado, conocida como «efluvio postquirúrgico», pero este es un fenómeno temporal.

Los cabellos comienzan a crecer nuevamente en unos pocos meses, y el resultado final suele ser visible al cabo de un año.

Es importante destacar que el trasplante capilar FUE debe ser efectuado por un equipo médico especializado en trasplantes capilares, como los que se encuentran en clínicas de renombre como Capilclinic, para garantizar los mejores resultados y una experiencia segura para el paciente.

Consejos y recomendaciones para combatir la alopecia

Para combatir la alopecia femenina, no solo basta con someterse a tratamientos médicos. También es fundamental adoptar ciertas prácticas de cuidado del cabello y cambios en el estilo de vida.

Cuidados del cabello y estilo de vida

• Evitar peinados que ejerzan tensión en el cabello, como colas de caballo ajustadas, trenzas o extensiones. Esto puede prevenir la tracción adicional que podría agravar la pérdida de cabello.
• Utilizar productos suaves específicos para el cabello fino o dañado. Evitar aquellos que contengan químicos agresivos y optar por fórmulas más naturales que nutran el cuero cabelludo. Como Vilanolabs.
• Mantener una dieta rica en proteínas, vitaminas y minerales esenciales, como hierro, zinc y vitaminas del grupo B, que son vitales para la salud del cabello.
• El estrés puede ser un factor desencadenante o agravante de la alopecia. Practicar técnicas de relajación, como el yoga, la meditación o ejercicios de respiración, puede ayudar a reducir los niveles de estrés.
• Limitar el uso de calor: Reducir el uso de herramientas de calor como secadores, planchas o rizadores, ya que pueden debilitar el cabello y aumentar la caída.
• Consultas regulares con especialistas: Realizar visitas periódicas a un dermatólogo o tricólogo para seguir el progreso y ajustar los tratamientos según sea necesario.

Apoyo psicológico y redes de soporte

• Buscar apoyo profesional.
• Unirse a grupos de apoyo.
• Buscar información confiable y educarse sobre la alopecia.
• Desarrollar intereses y habilidades en áreas no relacionadas con la apariencia física.
• Explorar opciones cosméticas como pelucas, extensiones o maquillaje para el cuero cabelludo.

Tal y como recuerdan todos los especialistas en regeneración capilar, el apoyo emocional y el asesoramiento adecuado son esenciales para sobrellevar la alopecia y buscar la mejor solución para acabar con ella.