Los folículos pilosos crecen, se caen y se regeneran. El problema viene cuando la creación de estos (fase anágena) empieza a remitir mientras que la caída (fase telógena) sigue su curso natural.
Partiendo de que cada persona es un mundo no es de extrañar que las causas que están detrás de esta caída capilar sean tan variadas como, en algunos casos, desconocidas.
Es por eso por lo que en esta entrada vamos a poner el acento tanto en las más comunes como en las que no lo son tanto:
Por qué se nos cae el pelo
Estrés
Este puede ser tanto físico, como consecuencia de un accidente o una enfermedad, como emocional a raíz de algún suceso que no hemos sido capaces de asimilar por muy distintos factores. En estos casos no es necesario recurrir a ningún tratamiento ya que la resolución del problema es cuestión de tiempo.
Un exceso de vitaminas
A pesar de lo que muchos creen, el abuso de suplementos vitamínicos, lejos de ayudar, puede provocar una mayor caída de cabello como consecuencia de la aparición de trastornos capilares. En este caso, dejando estos suplementos se volvería a recuperar la apariencia previa.
Carencia de proteínas
Si no conseguimos alcanzar con consumo mínimo de proteínas la producción capilar se reduce. Normalmente los efectos de esa carencia se suelen ver entre mes y medio y tres meses tras la reducción del consumo de alimentos proteicos. Una vez recuperados, el problema desaparece.
Genética
Está detrás de la conocida como alopecia androgénica. Es la más común en los hombres y requiere de tratamiento y medicación, en función de cada caso.
Hormonas
En el caso de las mujeres es habitual que tanto durante el embarazo, el posparto como al cesar en el consumo de píldora anticonceptiva se produzca una caída capilar. Además la llegada de la menopausia también puede estar detrás de una mayor caída de cabello. Para todos estos casos existen tratamientos específicos.
Anemia
La falta de hierro también provoca una pérdida de cabello. Una vez la analítica nos informa de que sufrimos anemia, los suplementos de hierro actuarán como una cura tanto para este desajuste como para regenerar esos cabellos caídos.
Hipotiroidismo
Los problemas de la glándula tiroides para segregar hormonas también están detrás de la pérdida de folículos capilares. La medicación específica para este problema es la misma que nos debe ayudar a recuperar nuestra situación capilar anterior.
Carencia de vitamina A o B
Cuando las analíticas nos revelan la carencia de alguna de estas vitaminas deberemos o cambiar nuestra dieta introduciendo alimentos que la contengan en mayor medida o introducir suplementos vitamínicos que reparen el problema que está detrás de nuestra caída capilar.
Sistema inmune
Este problema de salud en el que el sistema inmune ataca al cabello al considerarlo como un agente extraño es el que está detrás de conocida como alopecia areata. A menudo acaba en una calvicie total. Es habitual recurrir a la inyección de esteroides aunque no siempre se logra parar esta alopecia.
Una rápida pérdida de peso
Las pérdidas de peso sin control ocasionan un estrés en nuestro sistema inmune que influye en la caída del cabello. Salvo que esta sea consecuencia de algún trastorno alimenticio se cura recuperando una correcta alimentación en los siguientes seis meses.
Medicación
Tanto los antidepresivos como los anticoagulantes, algunos ansiolíticos, e incluso, en algunas personas, el ibuprofeno pueden acelerar la caída del cabello. Si esto es así debemos consultar con nuestro especialista médico.
La edad
Conforme van pasando los años, y muy especialmente cuando se supera el medio siglo, se produce una pérdida habitual de cabello. Cuando la notamos debemos acudir a un especialista en busca de una solución.