Pluma Choi en el injerto capilar

Para la ejecución del injerto capilar, existen diversas técnicas. Escoger cuál es la más adecuada según el paciente, dependerá de varios factores. Estos serán el tipo y extensión de la alopecia, la densidad del área donante, la calidad del pelo donador y el número de unidades foliculares requeridas. Gracias a los avances de la medicina, repoblar el cuero cabelludo es cada vez más sencillo. Con métodos muy innovadores como el DHI, que utiliza pluma Choi en el injerto capilar.

Es justo de este instrumento de lo que hablaremos en este post. El implantador Choi permite que el método de trasplantación sea mucho más rápido y sin complicaciones. Así que si estas considerando someterte a un trasplante de pelo con la técnica DHI, no puedes dejar de conocer todo sobre dicha herramienta. A continuación, explicaremos detalladamente lo que es, cómo se utiliza y las ventajas y desventajas de la pluma Choi.

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¿Qué es la pluma Choi?

La pluma Choi es un instrumento quirúrgico fabricado por primera vez en Corea del Sur, en el año 1992. Se trata de una herramienta de gran precisión, que permite realizar injertos capilares de forma efectiva. Dando como resultado, un aspecto muy natural tras el crecimiento del cabello.

Su forma es bastante similar a la de un bolígrafo, pero de mayor grosor. Cuenta con una aguja hueca en su punta, de aproximadamente 0,5 a 1,5 mm. Dentro de ella, posee un micromotor que succiona las unidades foliculares de manera sencilla.

Previo a convertirse en un elemento altamente popular, fue diseñada para dar solución al inconveniente en los patrones de calvicie en los hombres de la zona. Ya que su cabello resultaba mucho más grueso que el de las personas de Europa, África o América. Razón por lo que la pluma Choi no resultaba igual de efectiva en cabellos más finos. Lo que pudo cambiar con el tiempo y los avances tecnológicos.

¿Para qué se utiliza la pluma Choi?

El implantador Choi es utilizado en la cirugía capilar con técnica DHI, siendo esta el más novedoso y eficaz método existente en la actualidad.

Gracias a este instrumento, las unidades foliculares tomadas del área donante, que generalmente es la parte posterior de la cabeza, son injertadas directamente en la parte calva. Esto evita que sea necesario crear canales en el cuero cabelludo. Cuando los injertos son extraídos, el Choi Pen permite su implantación al instante a través de su aguja hueca. Siguiendo en todo momento el mismo ángulo, dirección y profundidad del resto del cabello.

El procedimiento resulta mucho más rápido y efectivo, gracias a este elemento. Aumentando con él la tasa de supervivencia de las unidades foliculares. A diferencia de otras técnicas capilares, donde los injertos deben permanecer fuera del cuerpo por un tiempo, hasta que el cirujano crea los canales. Teniendo en cuenta que los folículos solo pueden sobrevivir fuera del cuerpo un máximo de 6 horas, otras técnicas pueden tener como desventaja la pérdida de algunos de ellos.

Dependiendo de las necesidades de cada individuo, en una misma intervención pueden llegar a utilizarse hasta seis plumas Choi. Cada una de ellas con distintos tamaños de agujas, para adaptarse al tamaño de la unidad folicular.

Este implantador permite que el injerto de cabello sea realizado sin rapar el área receptora. Lo que lo vuelve ideal para pacientes de pelo largo, como es el caso de las mujeres.

Ventajas y desventajas de la pluma Choi

Ventajas

• Se tiene un mayor control del ángulo de implantación.
• Los injertos tienen una mayor tasa de supervivencia.
• Se alcanza más densidad capilar.
• Existe una reducción en las probabilidades de hemorragias e infecciones.
• La recuperación es más rápida.
• No se necesita rapar el cuero cabelludo.

Desventajas

• El cirujano a cargo debe tener una formación y destreza amplia.
• Es la técnica de injerto capilar más costosa.
• Solo se pueden trasplantar de 3500 a 4000 unidades foliculares.
• Para el cabello excesivamente rizado, no es la mejor opción.

¿Es mejor la técnica DHI o el método FUE?

Las técnicas de injerto capilar más realizadas en la actualidad, son la FUE y la DHI. Dejando el método FUSS solo para casos que realmente lo ameriten. Cualquiera de estos procedimientos es considerado como el más avanzado en el sector capilar. Además de ser las mejores alternativas para aquellos que desean aumentar su densidad de una forma muy natural. Pero muchos se preguntan ¿cuál es mejor y por qué?

En ambos métodos se realiza la extracción folicular de la misma forma. Pero, en la técnica DHI, la pluma Choi permite que los injertos sean implantados inmediatamente. Sin esperar a que el cirujano cree los canales en la piel para su colocación.

Este instrumento ayuda a que el procedimiento sea menos invasivo. Por lo que el cuero cabelludo sufre menos y la hemorragia es prácticamente inexistente. Teniendo así una supervivencia de folículos más amplia y una recuperación mucho más rápida.

Otra forma en la que ambos tratamientos se diferencian, es su aplicación. En el método DHI no es necesario que el paciente se someta al rapado de su cuero cabelludo. Por su parte, la técnica FUE si amerita que la zona sea afeitada. Con la pluma Choi se puede alcanzar una densidad mayor, pero con un trasplante FUE se puede cubrir una cabeza calva más amplia.

La cirugía DHI que utiliza el Choi Pen requiere que el cirujano cuente con mucha experiencia y gran habilidad. Mientras que el método FUE puede ser realizado por especialistas en cirugía capilar con menos trayectoria. Hacer uso de este instrumento requiere a los profesionales, someterse a un largo proceso de formación, para especializarse en dicha técnica.

Cualquiera de los dos casos es mínimamente invasivo y sus resultados son óptimos. Solo un especialista, luego de haber evaluado al paciente, podrá tomar la decisión de cuál es la más adecuada según el caso.

¿La pluma Choi deja cicatriz?

Tal como hemos mencionado desde el inicio, la principal ventaja de la pluma Choi es que su tiempo de recuperación es más rápido al no realizar incisiones. Esto minimiza el sangrado y el malestar durante el postoperatorio. La cicatrización de las heridas es mucho más rápida gracias a este método, por lo que la probabilidad de que deje cicatrices es muy baja. Esto, siempre que los pacientes sigan las recomendaciones dadas por el cirujano tras la intervención.