El pelo crece de media algo menos de medio milímetro, lo que viene a ser cerca del centímetro mensual y de la docena de centímetros al año. Sin embargo, no a todos nos crece al mismo ritmo ya que son varios los factores que intervienen en el crecimiento capilar.
Cómo ayudar a que el pelo crezca más y más fuerte
Más allá de los muchos remedios que anuncian los crecepelos 2.0 desde sus portales a cambio de productos carísimos y que no tienen influencia alguna ni en el crecimiento ni en el fortalecimiento de los folículos capilares, lo cierto es que sí que existen una serie de hábitos que pueden determinar tanto la velocidad a la que crece nuestro pelo como la salubridad del mismo.
El primero tiene que ver con nuestra salud. A menudo, la caída capilar esconde algún problema interno desconocido o aparece como consecuencia de un tratamiento o la ingesta de un medicamento. De ahí que sea esencial acudir a un especialista al menor síntoma de que nuestro pelo no está creciendo al mismo ritmo que cae.
De igual forma que nuestro estado de salud influye en cómo nos luce la cabellera, también lo hacen nuestros hábitos diarios, tales como la alimentación y la hidratación. Y es que la falta de vitaminas o de Omega 3, entre otras sustancias que contienen los alimentos, debilita el crecimiento de nuestro cabello. Tres cuartos de lo mismo ocurre con la hidratación, ya que el déficit hídrico perjudica seriamente la salud de nuestro pelo.
Cabe señalar, en este mismo sentido, que tampoco ayuda nada la ingesta de productos precocinados o de alimentos con grasas trans.
Otro de los hábitos que debemos evitar es el que pasa por usar el secador o la plancha. Elementos que dañan la raíz del folículo provocando que estos crezcan debilitados, caigan antes y, en los casos más severos, dañen la estructura que acoge y alimenta a nuestros pelos.
Lo que también lo daña es el uso de tintes de pelo. Sobre todo aquellos industriales más agresivos, ya que últimamente están apareciendo nuevos tintes naturales que son capaces de ofrecer el mismo servicio que los antiguos, pero sin agredir a la esencia de los folículos capilares.
Tampoco ayuda nada lavarnos el pelo todos los días y hacerlo con el agua muy caliente, ya que el exceso de lavado y el agua muy caliente debilita nuestra salud capilar. De ahí que los especialistas recomienden lavar el pelo cada dos días y el cuero cabelludo cada tres, así como hacerlo con agua tibia o fría.
Otro de esos hábitos que sí ayuda a cuidar nuestro pelo y que crezca fuerte es el de realizar masajes capilares diarios de alrededor de 15 minutos. Estos deben realizarse siempre de forma suave y con las yemas de los dedos.
Si aún con estos hábitos diarios no conseguimos paralizar la caída, deberemos visitar a un especialista cuanto antes para ver cuál es la mejor forma de recuperar la fortaleza de nuestro cabello y, si este ha caído, de recuperarlo.